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Aprende a separar estancias con los colores con los que pintamos las paredes

El color puede unificar pero también delimita, divide y distingue.

Muchas veces pensamos que para distribuir las zonas de una misma habitación es necesario poner tabiques, colocar muebles o utilizar elementos decorativos como cortinas o biombos. No es necesario.  Nunca debemos subestimar el poder de los colores a la hora de pintar. Son nuestros mejores aliados a la hora de dividir y crear ambientes distintos.

Si en nuestra casa, la cocina y el comedor comparten un mismo espacio o el salón y el comedor están unidos, la alternativa más sencilla para diferenciar una estancia de otra es pintar cada una de ellas con un color diferente. Como siempre,  habrá que tener en cuenta las dimensiones de la habitación y optar por colores claros si es reducida o más intensos si disponemos de más metros cuadrados.

No es necesario que los colores sean diferentes, pueden ser tonalidades similares aunque si tenemos una estancia grande y utilizamos colores fuertes, el contraste entre ambas zonas delimitará a la perfección los dos espacios. Cuanto más parecida sea la gama cromática que utilicemos a la hora de separar, menos sensación existirá de estar en dos salas distintas. Esta misma regla se aplica cuando tengamos algún elemento arquitectónico en la estancia que pueda servirnos para dividir los diferentes espacios como un pilar, una columna o un saliente. En este caso, utilizaremos colores que contrasten para lograr un efecto mayor.

Si una estancia cumple solo una misma función, como por el ejemplo el salón, pero queremos delimitar alguna de las zonas para una acción concreta, como un rincón de lectura, podemos pintar la parte de la pared que se encuentra detrás del sillón o la estantería para resaltarla y conseguir el resultado deseado.

Esta forma de delimitar las estancias no solo está destinada al salón, se puede aplicar también a un pequeño despacho integrado dentro de un dormitorio o a una habitación infantil donde duermen dos niños. En este caso podemos pintar la zona donde está el cabezal  de la cama de cada uno de los hermanos de un color diferente separados por algún elemento como un cuadro o un mueble para que cada uno de ellos sienta que cuenta con su propio espacio.

 

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